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La falta de viviendas sociales ocasiona informalidad
Escrito por : Romina Jiménez Vargas
En el Perú, la cantidad de personas que no poseen un techo bajo el cual vivir es alarmante. Según el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano (PLAM 2035), Lima es una ciudad en la que más del 70% de viviendas son producto de la construcción informal. El problema de desigualdad económica y social que existe en nuestro país genera migraciones internas, las cuales repercuten directamente sobre el déficit de vivienda, que según el censo de 2007 fue de 1.860.692 unidades. Esta situación afecta principalmente a la población de bajos recursos, quienes no cuentan con lo necesario para acceder a una vivienda de calidad. El Estado, preocupado por este grave problema, comenzó a plantear proyectos de viviendas sociales. Pero, ¿Qué es la vivienda social?, la vivienda social se define como el espacio principal donde las personas desarrollan sus actividades cotidianas. Estos proyectos albergan gran cantidad de viviendas de tamaño mínimo y por lo tanto costo reducido, por lo que generalmente está dirigido a familias con bajos ingresos económicos. En el siguiente texto, se desarrollará como la escasez de estos proyectos genera el problema de la construcción informal de viviendas.
El diario El Comercio declara que el Gobierno Peruano tiene como objetivo proporcionar viviendas sociales a personas de bajos recursos través del Fondo MIVIVIENDA. Sin embargo, este objetivo se ha visto obstaculizado por la elevada cifra de morosidad de los préstamos que se genera por falta de presupuesto de las familias prestatarias. Lo que genera que el resto de programas de préstamos del sistema financiero se muestren más activos que este. El programa de vivienda social, “Techo propio”, tiene como soporte económico al fondo MIVIVIENDA, el cual fue creado por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento en 1998, época en la cual el Perú presentaba un déficit cuantitativo de viviendas de 223.000 unidades. Si bien entre los años 2011 y 2015 se logró otorgar vivienda a 200.000 pobladores, la arquitecta Sandra Meza señala que esto no fue suficiente para resolver el problema del déficit habitacional, más aún si a esa cifra le sumamos el incremento anual de nuevos hogares. A pesar de que el Fondo MIVIVIENDA es un programa de ayuda económica, este también debe lidiar con las empresas constructoras, pues son estas las encargadas de coordinar con las municipalidades, las cuales lamentablemente no poseen personal capacitado para la solución eficaz de los problemas que se presentan durante la gestión del proyecto. Es así como en distintas ocasiones más de una obra se habría visto obligada a paralizar su ejecución debido a los inconvenientes en cuanto a la habilitación urbana y obtención de licencias. En otras palabras, hay una falta evidente de trabajo en conjunto por parte de los gobiernos locales y de las municipalidades. Estos inconvenientes reducen la rentabilidad de los proyectos, siendo menos atractivos para los pobladores de bajos recursos. Por ende, se favorecerá la clase media, la cual no requiere de tanto apoyo por parte del estado, frustrando el propósito principal del programa.
Por otro lado, Marco del Río, presidente de la asociación de desarrolladores inmobiliarios, argumenta que la escasez de proyectos de vivienda de bajo costo se debe a la falta de terrenos óptimos para la construcción. Del Río remarca la importancia del trabajo de las empresas de servicio público (agua y luz), pues sin ellas no se cumplirían las necesidades básicas para el funcionamiento de una vivienda. Julio Calderón, consultor independiente, expone que en los últimos años el valor de los terrenos aumento tanto que estos ya no estarían dentro del presupuesto de los proyectos de vivienda social. A pesar de que se han intentado implementar medidas para resolver este problema estas han sido aceptadas con dificultad y hasta rechazadas. Es por eso que los pobladores de bajos recursos, al ver que los terrenos tienen precios tan altos se ven obligados a aceptar las ofertas del mercado ilegal, las cuales ofrecen superficies de baja calidad a un buen precio. El poblador desinformado y engañado adquiere su terreno y, a pesar de que este no cuente con las condiciones mínimas requeridas para la construcción levanta su vivienda sin saber las consecuencias a las cuales podría enfrentarse más adelante.
En conclusión, uno de los factores causantes de la construcción informal de viviendas en el Perú es la escasez de proyectos de vivienda social propuestos por el Estado. Por una parte, se desarrolló cómo la falta de estos proyectos genera una gran cantidad de personas sin un techo bajo el cual vivir. Acto seguido, se demostró la relación entre la adquisición de terrenos de manera ilegal y el problema tratado. Es por eso que frente a las preocupantes cifras expuestas anteriormente es necesario que el Ministerio de Vivienda plantee soluciones inmediatas, para que de esta manera la mayoría de peruanos puedan obtener la calidad de vida óptima que merecen.